¿VOLAR 80.000 KM AL AÑO?


Según el seguimiento que se ha hecho del Gaviotín del Ártico o Charrán, esta ave puede recorrer cerca de 80.000 kilómetros al año. Sus continuas travesías desde el polo norte hacia el polo sur, equivaldrían a viajar durante su vida, tres veces de ida y vuelta a la Luna, algo así como 800.000 km en total. 


Su nombre científico es Sterna Paradisaea. Mide cerca de 35 centímetros de largo y 80 cm de ancho extendido. Sus plumas son principalmente grises y blancas, con patas rojas y un pico también rojo. Tiene una frente blanca, una nuca y coronilla negros con rayas y mejillas blancas. La cola, es blanquecina con algunas plumas grises a la parte exterior. Son aves de gran longevidad y muchos llegan a los veinte años de edad. Se alimentan principalmente de peces y pequeños invertebrados marinos. 


Cuando viaja hacia de norte a sur, El Gaviotín pasa casi un mes en alta mar, en el norte del Océano Atlántico. Continúan su largo viaje hacia el sur bordeando la costa noroeste de África, pero a la altura de Cabo Verde la mitad de la bandada prosigue su viaje por la costa africana, mientras que la otra mitad cruza el océano para seguir una ruta paralela por la costa este de Sudamérica. 


En su viaje de sur a norte vuela trazando una enorme "S" en el Océano Atlántico, un rodeo de varios miles de kilómetros, un camino muchísimo más largo en relación con la línea recta. A medida que los días se acortan en otoño, las aves regresan a las regiones cálidas donde el suministro de alimento disponible varía poco con la estación. 


Cuando de emparejan, se quedan juntas para toda la vida, y en muchos casos vuelven a la misma colonia cada año.  Empiezan a emparejarse a los tres o cuatro años de edad, y su cortejo es muy elaborado y se inicia con un alto vuelo, en el cual la hembra persigue al macho hasta una gran altitud y después desciende lentamente. El macho realiza vuelo de pesca ofreciendo a la hembra alimentos del mar. Cuando llegan a tierra se erizan lentamente con la cola levantada y las alas bajadas; tras lo cual, las dos aves suelen volar en círculos el uno alrededor del otro. 


El macho y la hembra se ponen de acuerdo por escoger la ubicación del nido, y ambos defienden el lugar. La reproducción es en las costas, islas o tierra firme, siempre que haya agua cerca. Tiene varios cantos, que se diferencian para avisar de riesgos, depredadores en las inmediaciones, que pueden entrar a las colonias, de aviso cuando vuelve a la colonia, algunas especiales para sus crías, apareamientos y otras para identificar individuos. 


Muchas aves son las que migran largas distancias, con vuelos hacia el norte para reproducirse en los veranos en áreas templadas o árticas, y viajes a las áreas de invernada en regiones más cálidas del sur. Los días más largos del verano en el norte proveen mayores oportunidades a las aves en reproducción para alimentar a sus polluelos, produciendo nidadas más grandes.
La migración tiene riesgos, costo energético, depredación y muchas variables que complejizan la vida de estas especies, requiriendo de una respuesta inmune muy elevada, a diferencia de las que permanecen siempre en los mismos lugares. La Becasina o Aguja Colipinta en su migración al Norte desde Nueva Zelanda tiene la migración sin paradas más larga que se haya registrado, alcanzando los 10.200 km.