¿DE DÓNDE VIENEN LAS CANCIONES?


Cantar encanta. Y ese encanto llega a muchas personas que la hacen parte de vivencias infinitas… La canción es una composición musical realizada con voces e instrumentos musicales que generalmente tienen una estructura y duración determinada, la cual puede ser interpretada o repetida en el tiempo, traspasando así los años y las generaciones. Hay canciones para bailar, cantar, escuchar o compartir. Canciones que juegan, hablan, recuerdan y sueñan. Canciones para cada momento de la vida, y otras para toda la vida.


Aunque no existe una manera específica de hacer canciones, hay muchísimas que tienen una estructura definida, con tres y/o cinco secciones musicales separadas, las cuales después se utilizan juntas para formar una canción completa. Introducción; Verso; Estribillo; Verso; Estribillo; Puente musical; Repetición del estribillo hasta el silencio; Esto lo podemos encontrar en canciones folclóricas, pop, rock, heavy metal y muchos géneros de canciones populares o piezas de música clásica.


La música y la voz entrelazan un canto de tonos y ritmos que colorean la atmósfera con una frecuencia invisible que nos traspasa y estimula nuestros sentidos. Basta sólo una persona para cantar, y las aves, anfibios y peces también cantan para comunicarse, enamorarse, o para que el sol aparezca. 


Hay canciones que identifican momentos, sentimientos, historias y pensamientos. Canciones que identifican a un grupo, pueblo, nación o revolución. Cantos ancestrales para dar gracias al señor por las cosechas y bendecir las siembras, así como cantos de la madre a su hija, o los que podemos inventar a cada instante. Cantos símbolos de una época, de un país o de un lugar del mundo. Cuerdas, vientos, percusiones y voces,  grabadas en la memoria del universo.


Las onomatopeyas son la recreación de un sonido que imita el sonido de una cosa o una acción. Los ejemplos más comunes son los de animales como “guau”, “miau”, “cri cri cri” o  muuu” y también existen los de acción como “bum”, “boom”, “cha cha cha”, “eh eh eh”.


El Canto de armónicos, es una forma de cantar con una reverberación sonora (generada entre la faringe y la boca) que produce dos o más sonidos simultáneos con una ligera variación que puede ser modulada de modo independiente, y trata de encarnar un ambiente natural en el que el silbido del viento o los sonidos naturales predominan sobre la orquestación elaborada.

 

En Italia, una forma de canto gutural es llamado tenore. Los sami del norte de Escandinavia y de la península de Kola (Rusia) interpretan un género vocal llamado Yoik. En Africa los Xhosa tienen un estilo de canto de armónicos lento y rítmico llamado Eefing. Las letras suelen ser de carácter tradicional, así como canciones de boda, celebraciones, o plegarias, vinculado a creencias que consideran que la espiritualidad de las cosas no está sólo en la forma de las cosas sino también en su sonido.


Todos los sonidos que escuchamos nos evocan diferentes sentimientos y despiertan las más variadas emociones. El sonido del mar, de una tormenta, de un niño riendo, campanas, ríos o pájaros, tienen significados con circunstancias vividas y aunque la relación afectiva puede ser diferente según la función que le da cada persona, bajo ellos subyace una dimensión acústica primal determinada por ritmos y armonías.


Para el gran escritor uruguayo Mario Benedetti, el canto era fundamental:
"…cantamos por qué el río está sonando y cuando suena el río, suena el río…cantamos por el niño y porque todo y porque algún futuro y porque el pueblo …cantamos porque el sol nos reconoce y porque el campo huele a primavera y porque en este tallo en aquel fruto cada pregunta tiene su respuesta …cantamos porque llueve sobre el surco y somos militantes de la vida y porque no podemos ni queremos dejar que la canción se haga ceniza".

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