El
Sol es una estrella en el universo. La más cercana a la Tierra. Es nuestra
principal fuente de energía, que se manifiesta en forma de luz, calor y atracción. En torno a
su eje, gira todo un sistema de planetas que dan forma al Sistema Solar. Nació
en algún momento hace casi 5.000 millones de años, y se cree que tiene
combustible para otros 5.000 millones más. Después, comenzaría a hacerse más y
más grande, hasta convertirse en una gigante roja, y luego, en una enana
blanca, tardando cerca de un trillón de años en enfriarse.
Nuestra
estrella solar gira en torno una ruta trazada desde el núcleo de la galaxia, por
un increíble sistema espiral en el que viajamos a miles de kilómetros por hora
en dirección al centro. ¿Hacia dónde vamos tan rápido? Vamos hacia el centro de la galaxia, por cúmulos de la constelación de Virgo, encaminados hacia la de Acuario. Algunos científicos dicen que la velocidad final a
la que nos movemos o viajamos es de 1.400.000 kilómetros por hora, lo que
increíblemente parece que apenas percibimos.
EL sol es una
fuente de radiación electromagnética, tiene un movimiento de rotación promedio
de 30 días, y la tierra uno de 24 horas. Su radio ecuatorial es de 700.000 km,
y el de la tierra 6.400 km. La temperatura superficial es de 6.000°, y la
tierra de 15°. Tiene diferentes niveles de energías y composición, dadas por
las infinitas reacciones que se producen con sus materiales y gases.
La
distancia media del Sol a la Tierra es de casi 150.000.000 de kilómetros y su
luz recorre esta distancia en 8 minutos y 19 segundos. La energía del Sol, en
forma de luz solar, sustenta a casi todas las formas de vida en la Tierra a
través de la fotosíntesis y además tiene gran influjo en el clima de la Tierra.
Su intensidad y el lugar que ocupamos en el universo, da vida a los seres
fotosintéticos. Organismos como plantas, algas y bacterias que captan y
utilizan la energía de la luz para transformar la materia inorgánica de su
medio externo en materia orgánica que utilizarán para su crecimiento y
desarrollo. Es en este proceso de fotosíntesis donde se han liberado grandes cantidades
de oxigeno molecular que da origen al oxígeno de la atmósfera.
La
heliósfera sería la región que se extiende desde el Sol hasta más allá de
Plutón y que se encuentra bajo la influencia del viento solar. Es en esta
región donde se extienden los efectos de las tormentas geomagnéticas y también
donde se extiende el influyo del campo magnético solar. La heliósfera protege
al Sistema Solar de las radiaciones provenientes del medio interestelar y su
límite se extiende a más de 100 UA del Sol, límite solo superado por los
cometas.
La
mayor parte de la energía utilizada por los seres vivos procede del Sol, las
plantas la absorben directamente y realizan la fotosíntesis, los herbívoros
absorben indirectamente una pequeña cantidad de esta energía comiendo las
plantas, y los carnívoros absorben indirectamente una cantidad más pequeña
comiendo a los herbívoros.En
el interior del Sol se generan y propagan distintos tipos de ondas que producen
movimientos en el gas atmosférico solar y es este movimiento de las capas
superficiales del Sol, producido por las ondas que se propagan en su interior,
lo que sí se puede medir a partir, por ejemplo, de medidas de pequeños cambios
en el radio, la temperatura o la energía de la estrella.
En
muchas culturas el Sol era un dios; fue venerado a lo largo de la Historia en
muchas civilizaciones, como la egipcia, la mexica, la incaica, la china, la
japonesa, la griega o en religiones como la hinduista. En la cultura griega
Helios era imaginado como un hermoso dios coronado con la brillante aureola del
sol, que conducía un carro por el cielo cada día hasta el Océano que circundaba
la tierra y regresaba por éste hacia el este por la noche. Los Incas le llaman
Inti, la cultura Mapuche Antü, y para los Egipcios Ra.
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