LA VIDA SECRETA DE LAS PLANTAS

Las plantas son matriz esencial para la vida en el planeta. Bajo la superficie de cada hoja hay millones de sistemas operando intercambios energéticos que generan oxígeno, fotosíntesis, alimento, sustancias químicas, coloraciones, semillas, frutos, raíces y nutrientes. Una infinita cadena de sucesos y reacciones que posibilitan nuestra existencia así como desconocidas relaciones y vivencias.

En el año 1960 el investigador Cleve Backster realizó experimentos que tuvieron resultados asombrosos, con los que determinó que las plantas tenían un "sistema de percepción" por el cual podrían sentir lo que ocurre a su alrededor, sentir miedo, dolor o felicidad e incluso reaccionar ante determinados estímulos y que la capacidad de “sentir” estaría a nivel celular, molecular, atómico y subatómico.


Los ejercicios comenzaron realizándose con un instrumento llamado galvanómetro, el cual podía indicar variaciones y reacciones de las plantas, según niveles eléctricos. Estos indicaban aumentos y disminuciones según estímulos diversos como cambios de temperaturas, atención positiva, palabras o músicas. Lo increíble ocurrió cuando en uno de estos trabajos, se decidió como idea, que se encendería un mechero y se quemaría parte de una planta. Justo cuando Backster pensó en coger el mechero, la planta comenzó a sentir algo, y la aguja de su medidor (galvanómetro) comenzó a moverse violentamente.



En otro experimento, se juntaron a seis personas eligiendo a una en secreto, para que arrancara y pisoteara una planta sin que nadie lo viera. La persona elegida entró en una habitación con dos plantas, una la arrancó y la otra la dejó a modo de "testigo". Se conectó el instrumento de medición revelador a la planta "testigo", haciendo pasar por delante de ella a las seis personas que formaban parte en el experimento. El medidor, reaccionaba con cambios rápidos y violentos en la aguja, cuándo el "asesino" se acercaba a la planta "testigo".



Semillas, frutos, coloración y permanencia son características propias de una planta, las que se ven incrementadas por estímulos directos e indirectos aplicados por el ser humano, así como de situaciones y relaciones propias del entorno en el cual se desarrollan. Hablarles, cantarles, y dar abrazos a plantas y árboles, formaban parte de trascendentales rituales de culturas en muchos lugares del mundo. Sus características, propiedades y poderes, que se obtienen en especiales preparaciones para consumo y alimentación, están disponible para todas las etapas de nuestra vida y para cada uno de los elementos y organismos que la componen.



El tiempo de las plantas es el tiempo del silencio. Un aparente estado en el que se crea y recrea el universo y los caminos de su naturaleza. Una forma de existencia increíble capaz de sentir, comunicar, decidir, recordar y crear, para compartir con nosotros, la maravillosa vida y sus posibilidades. Existen plantas para proteger, cuidar y proveer a cada una de las células de nuestro organismo. Sus propiedades, tipos, estados y características son tan diversas como la cantidad y variedad existente en el planeta, llegando a estimar más de 400.000 los tipos de especies presentes en el reino vegetal.


Parte de esta investigación, así como otros trabajos y experiencias muy interesantes pueden encontrarse en el libro “La vida secreta de las plantas” en el cual se describen experiencias increíbles respecto al comportamiento de las plantas. El hecho de enviarles pensamientos positivos y cariño hace que las hojas, raíces, y toda la planta, tenga mejor “salud” que una que no lo recibe.


La morfología de una semilla es grandiosa. Toda su estructura es una adaptación a una condición de reposo y germinación. Esto a menudo da como resultado germinación solamente cuando las condiciones ambientales son apropiadas para asegurar el crecimiento posterior de la plántula. Todas las semillas requieren de condiciones adecuadas de humedad y temperatura para la germinación y crecimiento de la plántula. Hasta que estas condiciones sean alcanzadas, la semilla permanecerá "dormida", desarrollando un nivel muy bajo de metabolismo y permaneciendo viva, pero no permitirá los cambios metabólicos que en último término conducirán a la división celular, crecimiento y emergencia del embrión. Otras semillas pueden necesitar condiciones o tratamientos de luz especiales, algunas requieren de la ruptura de la cubierta de la semilla, otras requieren de una cierta penetración por cantidades relativamente grandes de agua para la remoción de inhibidores químicos.

Las plantas nacen de una semilla, y toda semilla de una flor polinizada. Polinización es el transporte del grano de polen hacia el pistilo de una flor, es decir, el proceso a través del cual se juntan los genes macho y los genes hembra de un tipo de árbol. A diferencia de los humanos, las flores macho y hembra muchas veces se encuentran en el mismo árbol. La polinización puede ser directa, cuando al pistilo de una flor llega el polen producido por la propia flor. Mucho más frecuente es la polinización cruzada, que se produce cuando a una flor llega el polen procedente de otra. El transporte del polen lo realizan el viento o los animales (generalmente insectos).



Las flores polinizadas por los insectos se caracterizan por tener colores y perfumes llamativos, que sirven para atraerlos. Cuando el insecto pasa de una flor a otra, transporta sin darse cuenta el polen en sus alas y antenas. Las flores fecundadas por acción del viento son menos vistosas. Los granos de polen suelen tener dispositivos que favorecen el arrastre por el viento. Pinos, cereales, alisos y nogales son fecundados de esta manera.


Las plantas se originaron entre los primeros seres vivos de La Tierra. Descienden de los eucariotas autótrofos aparecidos en el Proterozoico (2.500 millones de años). Dependían del agua completamente para su vida. La evolución de las algas las lleva a desarrollar las primeras hojas. Durante miles de años comienzan a desarrollarse las primeras plantas terrestres, que según algunos investigadores, son independientes de las evolucionadas algas de nuestros días.


De las plantas podemos distinguir:

Talo
En botánica, el talo equivale al conjunto de la raíz, el tallo y las hojas de las plantas metafitas. También es el cuerpo vegetativo pluricelular característico de muchas algas y hongos. Puede existir algún grado de especialización entre las células, pero no hay tejidos diferenciados. Los seres vivos con este tipo de organización dependen completamente de la humedad del medio para obtener agua. El talo es una estructura de nivel celular, que en el caso de las algas macroscópicas, de las tres estirpes, alcanza su máxima expresión, dándosele a sus partes vegetativas, análogas a la de las plantas verdaderas, el nombre de rizoides (raíz), cauloide (tallo) y filoides (hojas).

Raíz
La raíz es el órgano de la planta que típicamente está debajo del suelo y pueden ser raíces primarias y raíces secundarias (comparar con el tallo). Existen algunas excepciones dado que algunas raíces pueden ser epigeas (que se encuentran sobre el suelo) o aéreas (que están muy por encima del suelo o encima del agua). Como puede verse, el definir la raíz señalando únicamente donde se encuentra este órgano de la planta puede llevar a problemas por lo que es más conveniente el definir a la raíz como la parte de la planta que no tiene hojas, y que al no tener hojas tampoco tiene nudos. Las estructuras internas entre tallos y raíces son muy diferentes.


Tallo
El tallo es el órgano vegetativo de las plantas cormofitas que crece en sentido contrario al de la raíz y sirve de sus tentáculos a las hojas, flores y frutos: los rizomas son tallos subterráneos.
 
Yema
En botánica la yema es un órgano complejo de los vegetales que se forma habitualmente en la axila de las hojas formado por un meristemo apical, (células con capacidad de división), a modo de botón escamoso (catáfilos) que dará lugar a hojas (foliíferas) y flores (floríferas).

Hoja
Una hoja es una estructura o un órgano de las plantas especializado para la fotosíntesis. Para cumplir con su propósito, una hoja es típicamente plana y fina, con el objetivo de exponer los cloroplastos que contienen las células (chlorenchyma) a la luz sobre una amplia superficie, y permitir que la luz penetre completamente en los tejidos finos. Es en las hojas donde, en la mayoría de las plantas, ocurre la fotosíntesis, la respiración y la transpiración. Las hojas pueden almacenar alimento y agua, y se hallan modificadas en algunas plantas para otros propósitos.

Flor
La flor es la estructura reproductiva característica de las plantas llamadas fanerógamas. La función de la flor es producir semillas a través de la reproducción sexual. Para las plantas, las semillas son la próxima generación, y sirven como el principal medio a través del cual las especies se perpetúan y se propagan. Tras la fertilización, la flor da origen, por transformación de algunas de sus partes, a un fruto que contiene las semillas.

Fruto
En las plantas angiospermas, el fruto proviene del ovario de la flor tras ser fecundado. La pared del ovario se transforma en pared del fruto y se denomina pericarpio. La función del pericarpio es proteger a la semilla. En las plantas gimnospermas y plantas sin flores no hay verdaderos frutos, aunque a estructuras reproductivas como los conos de los pinos, comúnmente se les tome por frutos.

Semilla
La semilla es la estructura mediante la que realizan la propagación las plantas que por ello se llaman espermatófitas (plantas con semilla). La semilla se produce por la maduración de un óvulo de una gimnosperma o de una angiosperma. Una semilla contiene un embrión del que puede desarrollarse una nueva planta bajo condiciones apropiadas. Pero también contiene una fuente de alimento almacenado y está envuelto en una cubierta protectora.


Una vez germinada su alimentación la obtendrá
de la luz y su proceso de fotosíntesis que ocurre en organelas específicas llamadas cloroplastos, que se encuentran en células fotosintéticas, es decir, en células de productores expuestas al sol. En plantas terrestres estas células están en hojas y tallos verdes (los tallos leñosos tienen células muertas que forman la corteza). Existen también algas fotosintéticas que no poseen cloroplastos, pues son organismos unicelulares procariontes (sin núcleo verdadero ni compartimientos celulares) y también realizan la fotosíntesis. El proceso de fotosíntesis ocurre en 2 etapas, la primera, llamada etapa fotodependiente, ocurre sólo en presencia de luz y la segunda, llamada etapa bioquímica o ciclo de Calvin, ocurre de manera independiente de la luz. En principio, los cloroplastos tienen pigmentos que son moléculas capaces de "capturar" ciertas cantidades de energía lumínica. Dentro de los pigmentos más comunes se encuentra la clorofila a y la clorofila b, típica de plantas terrestres, los carotenos, las xantóficas, fucoeritrinas y fucocianinas, cada uno de estos últimos característico de ciertas especies. Cada uno de estos pigmentos se "especializa" en captar cierto tipo de luz. Como sabemos el espectro lumínico que proviene del sol se puede descomponer en diferentes  colores a través de un prisma, cada color corresponde a una cierta intensidad de luz, que puede medirse en longitudes de onda y cada pigmento puede capturar un tipo distinto de longitud de onda.

Vea aquí el libro “La vida secreta de las plantas” de Peter Tompkins y Christopher Bird:  http://es.scribd.com/doc/19336596/La-Vida-Secreta-de-las-Plantas-Peter-Tompkins-y-Christopher-Bird
 
Vea aquí el documental de la BBC, “La vida secreta de las plantas”.
Vea aquí la canción de Martín Buscaglia, “La vida secreta de las plantas”
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